Son las 02:25 de la madrugada y todavía no me puedo dormir. Dejé para el final (no porque sea menos importante) escribir un par de líneas de lo que vivimos el sábado pasado. Del encuentro pasado no hay fotos... y esta vez no es porque no hubo cámara, sino más bien, porque anduvimos moviéndonos de un lado hacia el otro como locos. El ponerse en un personaje y narrar una historia fue tan complicado como improvisar, pero salieron cosas buenas, muy ilustrativas. Pese al haber sido pocos (porque hacía un frío terrible) fue genial!. Cargamos juntos el aire de imágenes y colores pintadas por nuestros rostros y cuerpos que el suburbio gris frente al blanco primaveral de la escuela no tenía a esas horas frígidas de la tarde.
Así pasaron las tres horas, y cada primavera que ideamos, en las representaciones e improvisaciones que hicimos, espera atentamente el momento de surgir al escenario, para revelar a la comunidad entera cuantos nuevos colores le pintamos al arcoiris durante los encuentros que pasamos juntos, y los que les pintaremos en los encuentros que vienen.
Así pasaron las tres horas, y cada primavera que ideamos, en las representaciones e improvisaciones que hicimos, espera atentamente el momento de surgir al escenario, para revelar a la comunidad entera cuantos nuevos colores le pintamos al arcoiris durante los encuentros que pasamos juntos, y los que les pintaremos en los encuentros que vienen.
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